Esta entrada sobre el fenómeno de abogadas bellísimas en las Filipinas (en inglés) me pone en la mente de un cuento que pensaba escribir hace tiempo. Imagínate una tierra y una época muy -pero muy- machista y clasista, donde las escuelas de derecho -compitiendo entre sí para atraer más alumnos (claro que serían varones y muy bién adinerados)- admiten cada año a una cantidad de ‘alumnas’ de muy buena apariencia y de elegancia natural, estudiantes según parece pero empleadas en verdad. ¿Cómo resultaría la vida y la sociedad estudiantil de una escuela así? ¿Cómo sería la vida interior de una joven ‘alumna’ contratada así? Y ¿cómo impactaría unos institutos así sobre la sociedad?
Pues parece que en las Filipinas esta fantasía es casi la mera realidad. No hay ’empleadas alumnas’ que yo sepa, pero las escuelas de derecho cuentan con bastantes modelos y reinas de belleza entre sus estudiantes, muchas de las que pasan a seguir una carrera como abogadas. Parece todo una novela que las reinas de belleza se convierten en abogadas, y las abogadas también trabajan como modelos, pero en las Filipinas -en la Asia Latina- esto es justo lo que pasa.
Déjame aclarar que no dudo que muchas de estas ‘abogadas más guapas’ son de altísima inteligencia. Es que en realidad no son luchadores por la justicia todos los abogados. Muchos de los abogados mejor pagados en este mundo trabajan solo para servir a los poderosos, sobre todo en las ex colonias latinas, y esta época neoliberalista apenas admite excepción. Pues si tú fueras ‘el poderoso medio’, ¿preferirías contratar a un abogado inteligente para defenderte tu corrupción? o ¿a una inteligente abogada que luce como las de abajo, para defenderte tu corrupción?
