tengo miedo de tener las ganas equivocadas

¡Épale, mi gente! Es que me presenté a un examen hace como dos meses. Si me lo aprobé, voy a estar licensiado. Si nó, me cagué. Si me lo aprobé, me podré entregar a las profesiones. Si nó, tendría una razón pa’ decirles adiós a las profesiones. Los resultos salen hoy, pocas horas más adelante. No sé que quiero de las profesiones. Quiero hallarme una ciudad por las orillas del mar, a los pies de los cerros. Quiero comprarme un moto y un Nissan Cefiro de seis cilindros de, cómo se dice, de marchas. Quiero buscarme una guajira morenita con el pelo fosco y larguísimo, a que le gusta tomar el viento también, pa’ amanecernos un día, pegados piel en piel. Quiero llenarla de mí, eso se llama el destino. No quiero mantenerme en estas mentiras, mentiras, mentiras.

No sé, es que yo creo que no existe ningun lugar para mí, ningun lugar sobre esta tierra redonda. No quiero creerlo, sino lo creo. No lo creo en la mente, sino en los huesos. Mas sólo les pido a los autoridades que me dén el moto y la morenita, después podría seguir sin fin, creo que para esto me crearon!

Épale, gente mía. ¡Háblenme de ustedes, cuéntenme de sus vidas!

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