Tengo la hipergrafía. Es una desorden de la mente que me hace escribir. No me puedo dejar de escribir estas vainas ni de hablar locuras a todos que fingen oir. Intenté a dejarme de escribir y me dió un dolor de cabeza y depresiones y pesadillas. A veces me veo en el espejo y me digo a mi mismo, “Pinche escribano.” “Perdidor de tiempo.” “Gastador de capacidades.” Pero no importa la razón.
Soy un mono con máquina, un hombre que recibí fuego del cielo. Hablo de desiertos y carros y saudade y sierras pero todo es una locura. Me hacen falta de raíces pero me enamoré de los puertos y las carreteras. Tuve una jeva pero ya no sé de ella ni ella de mí. Casi todo fue una vaina, sin embargo me acuerdo de una grandeza soleada. Tuve educación y nutrición pero hoy solo me quedan sueños que no me dejan en paz, que no me dejan hacer nada sino cuentar y escribir y recorrer un páramo de visiones sin fin y ahora … acabo de estacar este sitio — ojalá que por fin los deseos y los atardeceres se escalonen de mí y me dejen mirar y estar y perrear de manera natural. Me liberé.